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“Historia de una exclusiva”

obidos

Hay quien piensa que la suerte, simplemente llega; otros,  preferimos buscarla.

Praia del Rey, Óbidos, localidad portuguesa donde se aloja la Selección de Fútbol de Portugal. Los medios montan guardia en la entrada del Hotel Marriot, ya que el personaje del día, Cristiano Ronaldo, no se ha dejado ver en todo el día.

En la parte de atrás del Hotel, hay una escalera que lleva a sus huéspedes directamente a la playa, aunque no es probable que los jugadores de la Selección hagan este trayecto y se dejen ver en la arena.

Por la mañana, antes del entrenamiento en el que Cristiano no iba a estar, había tenido esa corazonada y tras consultar la agenda con mi compañero me dice que en principio no tenemos nada,  así que si quiero, puedo jugármela; mi siguiente paso es contactar con el periódico para solicitar el visto bueno, ya que existe el riesgo de que, una vez allí, la seguridad del Hotel o del equipo, me descubran y eso ponga en riesgo la continuidad de nuestro trabajo en Portugal. Del periódico me dicen que adelante y suerte.

A las 17.15 aparco el coche a 1.5km. del hotel, abro el maletero, guardo una cámara y un teleobjetivo en una mochila, me pongo un bañador, cojo una toalla, y emprendo mi descenso a la playa.

Los 1.500m que me separan de las hamacas del Hotel Marriot, se me hacen larguísimos, por el viento, la arena en las zapatillas y sobre todo por los 8 kilos de objetivo que llevo a mi espalda.

Las 24 hamacas del Marriot están vacías, por lo que supongo que nadie se molestará si ocupo una. Fuera de las hamacas hay no más de 20 personas desperdigadas en pequeños grupos familiares y parejas; también hay 2 socorristas, que amablemente me indican que la bandera amarilla prohíbe nadar pero permite bañarse, por lo que me doy un chapuzón para terminar de integrarme en el ambiente y en el paisaje.

Son las 18.30, y tras un tercer baño, me tumbo en la hamaca, dispuesto a desistir en mi corazonada mañanera en cuanto mi bañador vuelva a estar seco.Detrás de mi hamaca, está el último peldaño de la escalera que une el Hotel y la playa. Un momento…oigo voces, alguien viene a darse un baño…

Giro mi cabeza y al primero que veo es a Meireles, dejo de mirar (…), vuelvo a mirar, le acompañan Beto, Bruno Alves, y Cristiano Ronaldo! Esto pinta bien!

Los 4 pasan tras de mi y se dirigen  hacia la izquierda a una zona vacía de la playa, protegida por unas rocas; ponen sus toallas en la arena y se sientan. Distancia 800metros, sol de cara y por si fuera poco un miembro de Seguridad aparece por mi derecha y se sitúa entre ellos y yo…

Tras estudiar la situación para asegurar la única máxima que uso en estos casos “ver sin ser visto” , decido recojer mis enseres, bajar a la orilla y caminar hacia el punto donde está Cristiano Ronaldo, sobrepasarle y pararme a 1 km. Con ello consigo que el sol quede a mi espalda, y además aprovecho el desnivel que la playa tiene cerca del agua para parapetarme. Coloco mi toalla, me acuesto y al comprobar que yo no les veo, ni ellos a mi, desde esa posición comienzo a subir centímetro a centímetro la duna…

Ahí están; cámara, teleobjetivo, on; ráfaga de disparos, compruebo, una más, para asegurar, compruebo… lo tengo!

Como a 500 metros Un miembro de seguridad, de los 4 que han ido llegando, se dirige hacia mi posición… Buen momento para finalizar mi baño. Me incorporo, me acerco al agua, vuelvo a la toaya, miro, él ya no mira hacia mi. Por suerte, cuatro vecinos adolescentes recojen sus toayas y se van, momento que aprovecho para mezclarme con ellos y pasar al lado del vigilante sin que éste repare especialmente en mi. Son las 19.20.

Conseguido!

Me alejo, me alejo, me alejo…

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